Antibióticos Que Puedo Tomar Si Soy Alérgico A La Penicilina?

Antibióticos Que Puedo Tomar Si Soy Alérgico A La Penicilina

Amoxicilina Cefadroxil Cefprozil Cefatrizina Ampicilina Cefaclor Cefalexina Cefradina Cefaloglicina Loracarbef Ceftriaxona Cefotaxima Cefpodoxima Cefditoren Ceftizoxime Cefmenoxima
Cefotetan Cefamandol Cefmetazol Cefpiramida Cefaclor Loracarbef Ceftibuten Ceftizoxima

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¿Qué puedo tomar para el dolor de garganta si soy alérgico a la penicilina?

Saúde Pública – El tratamiento del dolor de garganta con antibióticos en atención primaria El tratamiento del dolor de garganta con antibióticos en atención primaria Instantáneas El tratamiento del dolor de garganta con antibióticos en atención primaria El dolor de garganta es la segunda causa más frecuente de consulta, tras la tos. La mayoría de los casos son debidos a infecciones víricas. La principal causa bacteriana son los estreptococos b -hemolíticos del grupo A (EBA), que se aíslan en el 15 a 36% de los niños y el 5 a 17% de los adultos con dolor de garganta. Aunque esta es la única causa frecuente que requiere tratamiento con antibióticos, en 1992 la proporción de pacientes diagnosticados de faringitis que recibieron antibióticos fue muy superior (76% de los adultos y 71% de los niños). En estos casos, los antibióticos recomendados como tratamiento de primera línea son la penicilina o la eritromicina, esta última en caso de alergia a la penicilina. En este estudio, los autores utilizaron los datos de la Encuesta Nacional de Asistencia Médica Ambulatoria ( National Ambulatory Medical Care Survey : NAMCS) para determinar si la prescripción de antibióticos en estos casos ha cambiado a lo largo del tiempo (entre 1989 y 1999) y para identificar los factores que permiten predecir la prescripción de antibióticos en general y de antibióticos no recomendados en particular. El análisis se limitó a los adultos cuyo motivo de consulta fueron los “síntomas referidos a la garganta”. Solo se incluyeron las consultas a los médicos de atención primaria: médicos de familia, médicos generales, internistas, médicos especialistas en adolescentes, geriatras y especialistas en medicina preventiva general. En los análisis, los especialistas en medicina de adolescentes se incluyeron junto con los médicos de familia, y los geriatras y los especialistas en medicina preventiva general con los internistas. Se excluyeron los menores de 18 años y los pacientes inmunodeprimidos con diabetes, infección por el virus de la inmunodeficiencia humana o cáncer. También se excluyeron los casos diagnosticados de sinusitis o con alguna otra causa de dolor de garganta que pudiera llevar al tratamiento con antibióticos. Asimismo, se excluyeron las consultas definidas como “no agudas”. La muestra final consistió en 2 244 consultas por dolor de garganta. Se calcularon las tasas nacionales anuales de prescripción de antibióticos en pacientes con dolor de garganta y las tasas de tratamiento con antibióticos no recomendados. Solo se incluyeron los antibacterianos no tópicos. El tratamiento recomendado se definió como la administración de penicilina o eritromicina. Los datos fueron sometidos a un segundo análisis tras la exclusión de todos los diagnósticos distintos de la faringitis que pudieran justificar el tratamiento con antibióticos (bronquitis aguda, exacerbación aguda de bronquitis crónica, infección estafilocócica, infección bacteriana, infección gonocócica, linfadenitis, otitis media, otitis externa, neumonía, infecciones urinarias e infecciones cutáneas), lo cual redujo la muestra en un 17,5% (1 852 consultas). Se calcularon los intervalos de confianza del 95% (IC95%) de los porcentajes estimados y se efectuó un análisis de regresión logística multivariado para identificar los factores que predecían la prescripción de antibióticos en general, y de antibióticos no recomendados en particular. El número estimado de consultas anuales por dolor de garganta que cumplieron los criterios de inclusión fue de 6,7 millones (5,1 a 8,7 millones, según el año). Los diagnósticos más frecuentes fueron faringitis aguda (41%), infección respiratoria de vías altas (21%), amigdalitis aguda (8%), infección estreptocócica (6%), bronquitis aguda (5%) y laringitis aguda (2%). Se prescribieron antibióticos en el 73% de las consultas (IC95%: 70 a 76%): antibióticos recomendados en el 23% (IC95%: 20 a 26%) y no recomendados en el 49% (IC95%: 46 a 52%). Entre los pacientes tratados con antibióticos, el 68% (IC95%: 64 a 72%) recibió antibióticos no recomendados. El uso de antibióticos recomendados disminuyó del 32% en 1989 al 11% en 1999 ( P < 0,001). Hubo una disminución significativa del uso de la penicilina (del 17% en 1989 al 6% en 1999; P < 0,001) y de la eritromicina (del 15% en 1989 al 5% en 1999; P < 0,001). El uso de antibióticos no recomendados aumentó del 45% en 1989 al 56% en 1998, pero en 1999 disminuyó al 46% ( P < 0,001). Hubo un aumento significativo del uso de macrólidos de amplio espectro ( P < 0,001) y fluoroquinolonas de amplio espectro ( P < 0,001). La prescripción de antibióticos por los internistas disminuyó significativamente: del 74% en 1989-92 al 64% en 1993-96 y al 60% en 1997-99 ( P < 0,01). No obstante, la prescripción de antibióticos no recomendados por estos especialistas aumentó de forma también significativa: del 66% en 1989-92 al 73% en 1993-96 y al 88% en 1997-99 ( P = 0,003). El uso de antibióticos no recomendados también aumentó entre los médicos de familia y los médicos generales, aunque de forma no significativa. En el análisis multivariado, los factores relacionados de forma independiente con la prescripción de antibióticos fueron la edad (razón de posibilidades -OR-, 0,86 por cada decenio más; IC95%: 0,79 a 0,94) y el hecho de que el médico fuera un generalista (OR, 1,54 en comparación con los médicos de familia; IC95%: 1,10 a 2,14). Entre los pacientes tratados con antibióticos, los factores relacionados con la prescripción de antibióticos no recomendados fue el año civil (OR, 1,17 por año; IC95%: 1,11 a 1,24). Al repetir el análisis tras la exclusión de todos los diagnósticos distintos de la faringitis que pudieran justificar el tratamiento con antibióticos, la proporción de consultas en las que se prescribieron antibióticos disminuyó del 73 al 71% (IC95%: 68 a 74%) y la tendencia al mayor uso de fluoroquinolonas de amplio espectro dejó de ser significativa ( P = 0,002). Este estudio demuestra que la proporción de pacientes con dolor de garganta tratados con antibióticos en atención primaria (73%) es muy superior a la prevalencia de los EBA (5 a 17%) en adultos con este síntoma. El aumento del uso de macrólidos y fluoroquinolonas de amplio espectro es preocupante por dos motivos: su costo mucho más elevado en comparación con la penicilina y el riesgo mucho mayor de aparición de resistencia. Es necesario seguir tratando de alentar un uso apropiado de los antibióticos por parte tanto de los pacientes como de los médicos. (Linder JA, Stafford RS. Antibiotic treatment of adults with sore throat by community primary care physicians. A national survey, 1989-1999. JAMA 2001;268:1181-1186.) : Saúde Pública - El tratamiento del dolor de garganta con antibióticos en atención primaria El tratamiento del dolor de garganta con antibióticos en atención primaria

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¿Cuando una persona es alérgica a la penicilina puede tomar azitromicina?

El azitrocin es un antibiotico de la familia de los macrolidos y se utiliza en personas alergicas a la penicilina. Pero lo mas recomendable es que sea su médico el que prescriba el antibiotico que corresponda mejor a su padecimiento.

¿Qué pasa si eres alérgico a la penicilina?

Descripción general – La alergia a la penicilina es una reacción anormal de tu sistema inmunitario al medicamento antibiótico penicilina. La penicilina es recetada para tratar varias infecciones bacterianas. Los signos y síntomas frecuentes de la alergia a la penicilina son entre otros urticaria, sarpullido y picazón.

  • Una de las reacciones graves es la anafilaxia, una afección que puede poner en riesgo la vida y que afecta múltiples sistemas del cuerpo.
  • La investigación ha demostrado que se han diagnosticado alergias a la penicilina de manera excesiva —un problema que puede derivar en el uso de tratamientos antibióticos menos adecuados y más costosos—.

Por lo tanto, es necesario un diagnóstico preciso cuando se sospecha alergia a la penicilina para asegurar las mejores opciones de tratamiento. Otros antibióticos, en particular aquellos con propiedades químicas similares a la penicilina, también pueden provocar reacciones alérgicas.

¿Qué hacer si tomo amoxicilina y soy alérgica?

¿Qué debemos hacer? – Cuando comenzamos a tener algunos de estos síntomas, lo inmediato es dejar de tomar amoxicilina, Por lo pronto no haremos más aguda la inflamación y la alergia podría remitir. Acto seguido, una vez que notemos estos síntomas asociados al medicamento, debemos consultar con nuestro médico lo más rápido posible.

El facultativo valorará la reacción y podría cambiar de medicamento para ver como reacciona nuestro propio cuerpo a este cambio derivado de una alergia a la amoxicilina.Normalmente, la alergia poco severa, como los sarpullidos o la urticaria, se tratará con antihistamínicos, aunque siempre debemos estar seguros de que es nuestro médico quien nos indica la toma de estos medicamentos.Baños en agua fría pueden ayudar a remitir las reacciones de nuestra piel, al igual que otros antihistamínicos tópicos que calmarán los salpullidos.

Siempre y cuando la reacción no sea severa, con esto debería bastar para bajar la alergia a la amoxicilina. Si la alergia no remitiese, y llegáramos a sufrir una reacción anafiláctica, lo mejor es contactar con los servicios de urgencias de nuestra localidad.

¿Cuál es la diferencia entre la amoxicilina y la azitromicina?

la azitromicina es igual a la amoxicilina Pregunta médica Preguntado por Mujer de 21 años visibility 342 vistas Nuestro profesional de la salud responde No, ya que si bien ambos son antibióticos, la es un antibiótico semisintético derivado de la penicilina, mientras que la pertenece al grupo de lo macrólidos, de modo que forman parte de clases distintas de antibióticos, por lo cual tienen distinto espectro de acción, distintas indicaciones y diferencias en cuanto a su absorción, metabolismo y excreción.

Si bien existen casos en los que uno podría sustituir el otro (ambos actuarían frente al mismo espectro bacteriano), esto debe ser indicado según criterio médico, por lo cual recomiendo evitar sustituir o modificar algún tratamiento medico prescrito. Espero haber aclarado tu duda, estaremos atentos a una nueva inquietud.

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¿Qué antibiótico es bueno para el Covid?

En estudios de laboratorio, un antibiótico, la azitromicina, redujo la actividad vírica y la inflamación, por lo que se ha estudiado como un posible tratamiento para la covid-19.

¿Cuál es el mejor antibiótico para infección en la garganta?

Dirección de esta página: https://medlineplus.gov/spanish/druginfo/meds/a685001-es.html La amoxicilina se usa para tratar ciertas infecciones causadas por bacterias, como la neumonía, la bronquitis (infección de las vías respiratorias que van a los pulmones) y las infecciones de los oídos, la nariz, la garganta, las vías urinarias y la piel.

También se usa en combinación con otros medicamentos para eliminar la H. pylori, una bacteria que provoca úlceras. La amoxicilina pertenece a una clase de medicamentos llamados antibióticos similares a la penicilina. Su acción consiste en detener el crecimiento de las bacterias. Los antibióticos como la amoxicilina no actúan para combatir resfriados, influenza y otras infecciones virales.

Tomar antibióticos cuando no es necesario aumenta el riesgo de contraer una infección más adelante que se resista al tratamiento con antibióticos. La presentación de la amoxicilina es en tabletas, tableta masticable o suspensión (líquido) para tomar por vía oral.

Por lo general, se toma cada 12 horas (dos veces al día) o cada 8 horas (tres veces al día) con o sin alimentos. La duración de su tratamiento depende del tipo de infección que tenga. Tome la amoxicilina aproximadamente a las mismas horas todos los días. Siga atentamente las instrucciones de la etiqueta de su medicamento recetado, y pídale a su médico o a su farmacéutico que le explique cualquier cosa que no entienda.

Tome la amoxicilina exactamente como se lo indicaron. No tome una cantidad mayor ni menor del medicamento ni lo tome con más frecuencia de lo que indica la receta de su médico. Antes de usar la suspensión, agítela bien para mezclar el medicamento de forma uniforme.

La suspensión puede colocarse directamente en la lengua del niño o añadirse a la fórmula, leche, zumo de frutas, agua, ginger ale o a otro líquido frío, y tomarse de inmediato. Debe triturar o masticar completamente las tabletas masticables antes de tragarlas. Trague las tabletas y cápsulas enteras con un vaso lleno de agua; no las mastique ni las triture.

Deberá empezar a sentirse mejor durante los primeros días de tratamiento con amoxicilina. Si sus síntomas no mejoran, o empeoran, llame a su médico. Tome la amoxicilina hasta que termine la receta, incluso si se siente mejor. Si deja de tomar la amoxicilina demasiado pronto u omite algunas dosis, es posible que la infección no se trate por completo y que las bacterias se vuelvan resistentes a los antibióticos.

¿Cuál es mejor Bactrim o azitromicina?

En los pocos casos en los que están indicados antibióticos, el más recomendado es la azitromicina.

¿Qué es mejor azitromicina o ciprofloxacino?

La terapia con azitromicina aumentaría el riesgo de mortalidad cardiovascular Efecto proarritmogénico | 08 OCT 12 El uso de azitromicina ha sido asociado con un aumento en el riesgo cardiovascular durante el período que dura el tratamiento, sobre todo en los pacientes que ya cuentan con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.

Introducción La azitromicina es un antibiótico macrólido de amplio espectro. Se ha informado que la eritromicina y la claritromicina, drogas estrechamente relacionadas con la azitromicina, pueden aumentar el riesgo de arritmias ventriculares graves y han sido asociadas con un aumento en el riesgo de muerte súbita cardíaca.

La información disponible sugiere que la azitromicina también podría favorecer la aparición de arritmias. En este sentido, se han comunicado casos de pacientes con intervalo QT inicialmente normal en los que dicho antibiótico tuvo efectos adversos a nivel cardíaco asociados con arritmias, entre los cuales se incluyen la prolongación del intervalo QT, la torsade de pointes y la taquicardia ventricular polimórfica en ausencia de QT prolongado.

  1. Sobre la base de esta información, se llevó a cabo un estudio de cohorte retrospectivo para evaluar la mortalidad de pacientes que utilizaron azitromicina.
  2. La hipótesis del trabajo consistió en que los pacientes medicados con este antibiótico, en comparación con aquellos que no recibieron antibióticos o que fueron tratados con otros antibióticos seleccionados, tendrían un incremento en el riesgo de mortalidad de origen cardiovascular, especialmente, de muerte súbita cardíaca.

Métodos La cohorte analizada incluyó pacientes tratados con azitromicina entre 1992 y 2006. Los criterios de inclusión fueron formulados con el fin de excluir las personas con alto riesgo de mortalidad por causas no relacionadas con el efecto a corto plazo de una medicación proarritmogénica.

Para ser incluidos en el estudio, los participantes debían tener entre 30 y 74 años, no presentar enfermedades graves no cardiovasculares, no haber sido hospitalizados en los 30 días previos al inicio del estudio y carecer de antecedentes de abuso de sustancias. Por otra parte, el estudio incluyó períodos de control apareados (de similar duración que la de los ciclos de antibioticoterapia) durante los cuales los participantes no utilizaron antibióticos.

Por cada prescripción de azitromicina se identificaron cuatro períodos de control. Asimismo, también se utilizaron grupos control adicionales cuyos integrantes recibieron uno de los siguientes antibióticos: amoxicilina, ciprofloxacina o levofloxacina.

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La amoxicilina, principal antibiótico utilizado como control, tiene indicaciones similares a las de la azitromicina y no ha demostrado tener efectos adversos sobre el aparato cardiovascular. Las indicaciones de la ciprofloxacina y la levofloxacina se superponen con las de la azitromicina. Aparentemente, la ciprofloxacina tendría mínimos efectos adversos electrofisiológicos, aunque se han informado casos de torsades de pointes.

Por su parte, se considera que la levofloxacina tiene mayor potencial proarritmogénico que la ciprofloxacina, y ha sido involucrada en numerosos casos de torsades de pointes. Los principales criterios de valoración fueron la mortalidad de origen cardiovascular y la mortalidad por cualquier causa.

  1. La hipótesis de los autores señala que la incidencia de mortalidad cardiovascular debería aumentar si la azitromicina es proarritmogénica, sobre todo si se tiene en cuenta que se seleccionó específicamente una cohorte con menor probabilidad de mortalidad por enfermedades graves.
  2. Asimismo, se analizó la mortalidad asociada a muerte súbita cardíaca.

Resultados La cohorte en estudio incluyó un total de 347.795 prescripciones de azitromicina, 1.391.180 períodos de control apareados sin tratamiento antibiótico, 1.348.672 prescripciones de amoxicilina, 264 626 prescripciones de ciprofloxacina y 93.906 de levofloxacina.

Los usuarios de azitromicina eran principalmente de sexo femenino (77.5%) y tenían una edad promedio de 49 años. Las características de base de los pacientes que recibieron azitromicina eran similares a las de los participantes del grupo control no medicado. No obstante, aquellos tratados con ciprofloxacina o levofloxacina presentaban una mayor probabilidad de tener complicaciones de la diabetes, incontinencia o uso de andador o silla de ruedas.

Asimismo, el puntaje de riesgo cardiovascular global de los pacientes tratados con amoxicilina, ciprofloxacina y levofloxacina resultó ser ligeramente más elevado que el de los medicados con azitromicina. Tanto para azitromicina como para amoxicilina, las indicaciones más comunes fueron las infecciones otorrinolaringológicas y las bronquitis.

La indicación más frecuente para ciprofloxacina fue la infección de las vías genitourinarias, mientras que la levofloxacina fue más frecuentemente prescrita para infecciones otorrinolaringológicas, respiratorias y genitourinarias. Al comparar un ciclo de tratamiento de 5 días con azitromicina con un período de control sin tratamiento antibiótico, el uso de azitromicina se asoció con un incremento en el riesgo demortalidad cardiovascular y de mortalidad por cualquier causa.

El riesgo de mortalidad cardiovascular se incrementó tanto por la presencia de casos de muerte súbita cardíaca como por otras causas de muerte de origen cardiovascular. Asimismo, el riesgo de muerte por cualquier causa se incrementó a pesar de que no hubo un aumento en el riesgo de mortalidad por causas no cardiovasculares.

  1. Por el contrario, el uso de amoxicilina no se vio asociado con un incremento significativo en el riesgo de muerte de origen cardiovascular o no cardiovascular ni de muerte por cualquier causa durante los primeros 5 días de tratamiento ni durante la terapia completa de 10 días.
  2. Asimismo, en comparación con los primeros cinco días de tratamiento con amoxicilina, el ciclo de terapia de cinco días con azitromicina se asoció con un incremento significativo en el riesgo de mortalidad cardiovascular y de mortalidad por cualquier causa.

Según el análisis de la información, los pacientes que recibieron azitromicina presentaron un riesgo estimado de 47 muertes cardiovasculares adicionales por millón de ciclos de terapia de cinco días. Por otra parte, en comparación con los pacientes que recibieron amoxicilina, aquellos medicados con ciprofloxacina no obtuvieron un incremento en el riesgo de mortalidad cardiovascular ni de mortalidad por cualquier causa durante los diez días de tratamiento; en cambio, se observó una tendencia no significativa hacia el incremento en el riesgo de mortalidad cardiovascular con el uso de levofloxacina.

  • Al comparar los primeros cinco días de tratamiento con ciprofloxacina, un ciclo de terapia de cinco días con azitromicina se asoció con un incremento en el riesgo de muerte cardiovascular y con una tendencia no significativa hacia el incremento en la mortalidad por cualquier causa.
  • No obstante, la mortalidad con azitromicina no difirió significativamente de la hallada con levofloxacina.

Por último, el exceso de riesgo absoluto de mortalidad cardiovascular entre los pacientes medicados con azitromicina, en comparación con aquellos que recibieron amoxicilina, varió de acuerdo con el puntaje de riesgo basal para enfermedad cardiovascular.

¿Qué es mejor la amoxicilina o ciprofloxacino?

En este estudio el tratamiento con ciprofloxacino es superior al de amoxicilina -ácido clavulánico en pauta de 3 días en la cistitis no complicada de la mujer.

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